- Existe un evidente desacuerdo entre Gazprom y Ucrania sobre la renovación de los contratos de suministro de gas a este último país. Muchos países de la antigua URSS pretenden, como en el supuesto de Ucrania, tener una política ajena a la órbita Rusa más próxima a los países occidentales, pero mantener las ventajas de acceso a las ingentes materias primas Rusas como cuando eran miembros del imperio soviético. Evidentemente Rusia no tiene mucho interés en beneficiar a países "díscolos" con aspiraciones contrarios a sus intereses como el hecho de sus pretensiones de ingresar en la OTAN. Esto lleva al gobierno ruso, a través de su "brazo" Gazprom, o atenerse a la estricta lógica del comercio internacional sin consesiones de amistad, o a negociar condiciones duras con estos países dependiendo de sus veleidades internacionales. En el caso de que no se llegue a un acuerdo, el gobierno y Gazpron (que a la postre vienen a ser lo mismo) optan por soluciones drásticas, como el corte radical de suministro, al que tienen derecho al ser la materia prima suya si se incumplen las obligaciones por el suministrado o no se renuevan los acuerdos.
- A parte de los gasoductos de suministro a Ucrania, por territorio Ucraniano "viaja" también gas para varios países Europeos, los cuales dependen en un porcentaje muy alto del gas ruso. La construcción y el régimen de estos gasoductos en territorio de soberanía ucraniana irá acompañado con toda seguridad de tratados internacionales y acuerdos entre empresas rusas y ucranianas, recibiendo Ucrania una remuneración por el tránsito del gas en su territorio, pero no siendo este país el propietario de este gas que es vendido a empresas de los países de destino que, a su vez, habrán firmado sus respectivos contratos con Gazpron.
- Existen acusaciones de que Ucrania, supuestamente, se está apoderando para su propio consumo de gas destinado a terceros países, lo que sería una infracción gravísima respecto a Rusia y los destinatarios en última instancia. Este sería el último motivo de cortar el flujo del gas de los gasoductos a Europa, evitar el "robo" de gas por parte de Ucrania, involucrando a países que, ante la situación de necesidad, puedan presionar a Ucrania a "pasar por el aro", como se ha visto últimamente con las gestiones de urgencia llevadas a cabo por Angela Merkel para enviar un comité de supervisores internacionales a Ucrania que investiguen la actuación de este país. Tampoco hay que descartar que la UE o países occidentales de mucho peso, como Alemania, presionen a Ucrania para aceptar las condiciones para firmar contratos ventajosos para Gazprom, teniendo en cuenta que estamos ante Estados cuyo principal apoyo económico y político actualmente (como es el caso de Georgia) es occidente.
En definitiva, la solución del comité de observadores internacionales propuesta por la UE a instancias de Alemania, no es malo ya que arrojará luz sobre el cumplimiento de las obligaciones por parte de Ucrania, aunque no las de Rusia. En todo caso, crisis como la actual demuestra que Rusia tiene la sartén cogida por el mango al ser el país productor. En este caso Ucrania también es culpable en el caso de que abusivamente se haya apoderado de gas destinado a otros países, pero no hay que olvidar que Rusia incumple sus pactos con los países suministrados y que el hecho de que Ucrania incumpla los suyos con Gazprom y Rusia, no debe suponer que terceros sufran injustamente sus consecuencias, sobre todo cuando estos han cumplido escrupulosamente con sus obligaciones.
1 comentario:
Interesante comentario. Nuevamente se demuestra que el libre mercado y Rusia son incompatibles.
Menos mal que lo de Gazprom, Lukoil y todas esas empresas ya no van a comprar Repsol...
Publicar un comentario